Cómo responder al “food shaming”: Cuándo te juzgan por lo que comes

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¿Alguna vez sientes que te observan cuando comes? ¿Como si la gente estuviera juzgando cada bocado y haciendo suposiciones sobre lo que estás comiendo? Si es así, entonces probablemente te hayas encontrado con el food shaming. Lxs food shamers son las personas que juzgan a lxs demás por sus elecciones de alimentos, y pueden ser realmente molestos.

Como dietista registrada, encuentro que muchxs de mis clientes refieren tener que lidiar con el food shaming, especialmente cuando comienzan su viaje hacia la alimentación intuitiva y comienzan a hacer las paces con la comida. Si bien es posible que no puedas evitar que las personas digan cosas, puedes aprender a lidiar con ellas. Aquí hay algunos consejos que pueden ayudarte a cómo responder al food shaming.

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¿Qué hace la vergüenza alimentaria?

Food shaming es cuando alguien juzga o critica a otra persona por la comida que está comiendo. Puede suceder en cualquier lugar, desde el lugar de trabajo hasta la tienda de comestibles y tu propia casa. Y no se trata solo de lo que está comiendo: lxs que te critican a menudo comentan sobre la cantidad de comida que estás comiendo o qué tan rápido la estás comiendo.

La vergüenza alimentaria a menudo es perpetuada por la policía alimentaria, que son aquellas personas que creen que saben lo que es mejor para todxs y sienten la necesidad de compartir su opinión sobre lo que lxs demás deberían y no deberían comer.

Este tipo de vergüenza es dañino de muchas maneras. En primer lugar, puede generar sentimientos de vergüenza y culpa, lo que puede dañar tu autoestima. En segundo lugar, puede hacer que sea menos probable que elijas alimentos saludables, ya que tienes miedo de ser juzgadx.

Y finalmente, puede crear una sensación de división entre las personas, ya que aquellxs que avergüenzan a lxs demás pueden ser vistos como superiores. Así que la próxima vez que te sientas tentadx a avergonzar a otrxs por la comida, piensa en el daño potencial que podrías estar causando.

¿Por qué el food shaming es dañino?

El food shaming es dañino porque crea un ambiente de juicio en torno a la comida y el comer. Esto puede hacer que las personas se sientan ansiosas y estresadas por la comida, lo que puede conducir a una alimentación desordenada (1).

La vergüenza alimentaria también puede hacer que las personas sientan que no son dignas o merecedoras de comida, lo que puede generar sentimientos de baja autoestima y depresión.

El food shaming también es dañino porque perpetúa la idea de que hay una forma “correcta” de comer y que ciertos alimentos son “buenos” o “malos”. Esto puede conducir a sentimientos de culpa y vergüenza cuando las personas comen alimentos “malos”, y también puede conducir a la restricción y a las dietas yo-yo. Crea una relación negativa con la comida y la imagen corporal.

Finalmente, el food shaming asume ignorantemente que todxs tienen el mismo acceso a alimentos saludables y opciones de estilo de vida. En realidad, la inseguridad alimentaria y la pobreza son barreras importantes para comer sano, y la vergüenza solo empeora estos problemas.

Ejemplos de food shaming

Desafortunadamente, el food shaming se ha vuelto demasiado común en los últimos años. La policía alimentaria está en todas partes, desde programas de televisión y revistas hasta foros en línea y redes sociales. Y los que te critican por la comida se apresuran a juzgar lo que comen los demás, a menudo sin saber toda la historia.

Hay todo tipo de ejemplos de food shaming por ahí. Se ha avergonzado a la gente por comer comida rápida, por tener alergias alimentarias e incluso por llevar su propia comida a un evento familiar. No se debe hacer que nadie se sienta mal por sus elecciones de alimentos, sin importar cuáles sean esas elecciones. Todxs tenemos diferentes necesidades y preferencias dietéticas, y todxs debemos sentirnos libres de comer lo que nos hace felices y saludables, sin ser juzgadxs por lxs demás.

Aquí hay algunos ejemplos comunes de food shaming que puedes haberte encontrado antes:

  • “Estás comiendo demasiada azúcar”
  • “¿Realmente deberías servirte ese segundo pedazo de pastel?”
  • “Deberías de estar comiendo una ensalada”
  • “¿Sabías que la comida chatarra es súper mala para ti?”
  • “¡Vaya! ¿De verdad vas a comer todo eso?”
  • “Eso tiene demasiados carbohidratos”
  • “Un minuto en los labios, toda una vida en las caderas”

¿Qué hacer cuando la gente comenta sobre tus hábitos alimentarios?

Lxs food shamers pueden aparecer de diferentes maneras. Quizás tu pareja te diga que tienes demasiada comida en el plato. O tal vez tu mamá intente darte más comida, sin importar cuántas veces le hayas dicho que ya estás llenx.

Si bien estos comentarios suelen ser bien intencionados, y quienes critican tu alimentación pueden incluso creer que te están apoyando, esto no significa que te estén ayudando. Tampoco significa que tengas que tolerar este comportamiento inapropiado. Sigue leyendo para obtener consejos sobre cómo responder al food shaming.

Cómo responder al food shaming

No tiene nada de malo disfrutar de una buena comida, y nadie debería sentirse avergonzadx por comer lo que quiera. Sin embargo, a veces puedes encontrarte con personas que avergüenzan a otrxs por sus elecciones de alimentos. Esto puede ser muy grosero y puede hacerte sentir incómodx.

Si alguien te avergüenza por tus elecciones de alimentos, la mejor manera de responder es mantener la calma y la confianza. No es necesario que justifiques tus elecciones ante ellxs, y definitivamente no es necesario que te disculpes. Simplemente di algo como “Estoy disfrutando esta comida, gracias por preguntar” y continúa.

Recuerda que no necesitas escuchar a nadie que esté tratando de avergonzarte, y no necesitas cambiar tus hábitos alimentarios según lo que piensen los demás. Estos son algunos consejos a tener en cuenta:

  • Trata de no tomar las cosas personalmente. Si las personas comentan sobre tu comida y tu cuerpo, lo más probable es que tengan sus propias inseguridades. No es sobre ti.
  • Busca salidas positivas de apoyo social. Encuentra un/a amiga que entienda tu situación o alguien con quien puedas desahogarte sobre los comentarios inapropiados de la tía Juana.
  • Recuerda que solo tú eres el/la expertx en ti, y nadie más sabe qué es lo mejor para ti. Manténte en tu propia verdad.
  • Considera otros temas de conversación para que puedas cambiar rápidamente de tema.

Escenarios de food shaming

Aquí hay algunos ejemplos de escenarios y estrategias para ayudarte a cómo responder al food shaming:

Escenario #1: “¿Realmente deberías estar comiendo eso teniendo en cuenta todo el peso que has ganado recientemente?”

Respuestas:

  • Concéntrate en el impacto de la declaración: “Últimamente parece que todxs lxs que me rodean quieren comentar sobre mi peso. Estoy exhaustx de tener que explicarme todo el tiempo”.
  • Usa la autorrevelación para ayudar a las personas a comprender por lo que has estado pasando: “En realidad, he estado pasando por un momento difícil recientemente y he ganado peso debido al estrés”.
  • Establece límites: “Preferiría que no habláramos sobre mi cuerpo o el de otras personas. Por favor, no hagas más estos comentarios”.
  • Menciona el comportamiento inapropiado: “Vaya, que comentario grosero”.

Escenario #2: “Eso se ve delicioso pero no deberías estar comiendo todas esas calorías

Respuestas:

  • Usa la autorrevelación: “Estoy trabajando en alimentar mi cuerpo con cariño en lugar de contar cada caloría que entra en mi boca. Ahora me siento mucho más en sintonía con mi cuerpo”.
  • Establece límites: “Cuando nos reunamos para comer, significaría mucho para mí si no habláramos sobre cuántas calorías hay en nuestra comida. ¿Te parece bien?
  • Cambia de tema: “Vamos a cambiar de tema. No creo que esta sea una gran conversación para una cena familiar/cumpleaños/comida al aire libre”.
  • Educa: “Se ha demostrado que hacer dieta y contar calorías es ineficaz. Elijo escuchar y confiar en mi cuerpo en su lugar”.

Escenario #3: “Sabes que los alimentos procesados ​​no son buenos para ti, ¿verdad?”

Respuestas:

  • Concéntrate en el impacto de la declaración: “Siento (emoción) cuando señalas lo que como. No me estás ayudando”.
  • Usa la autorrevelación: “Estoy escuchando a mi cuerpo y honrando lo que necesita”.
  • Espolvorea un poco de descaro: “¡Bueno, menos mal que está en mi plato y no en el tuyo!”
  • Empatiza: “Sé que la mayoría de las personas que comentan sobre mis hábitos alimentarios están luchando con sus propios problemas alimentarios. ¿Alguna vez has luchado con estas cosas? Estoy totalmente aquí para hablar si eso sería útil”.

Conclusión

Entonces, ¿qué puedes hacer para cómo responder al food shaming y a la policía alimentaria? La mejor manera de tratar con estas personas es tratar de comprenderlas. ¿Cuáles son sus motivaciones para avergonzar a otrxs sobre sus elecciones de alimentos? ¿Están tratando de ayudar o simplemente están tratando de sentirse mejor?

Una vez que comprendas sus motivaciones, puedes comenzar a tener una conversación más productiva con ellxs. Es posible que no puedas hacerlos cambiar de opinión, pero al menos podrás tener una conversación respetuosa. Y recuerda, no hay necesidad de responder a la defensiva, simplemente sonríe y aléjate si las cosas se calientan demasiado. ¿Qué tácticas has encontrado que funcionan mejor para responder a quienes critican tu alimentación?

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